“Todo el poder estaba hecho para que el sistema no tuviera sexo”, ha explicado Santiago Roncagliolo en su intervención en Hisapalit para introducir el contexto social que retrata en su última novela, El año en que nació el demonio.
Este thriller histórico “despeja el origen de la sociedad masculina opresiva”, y en él se refleja la moral del virreinato del Perú durante el siglo XVII. En conversación con Fernando Iwasaki, recientemente premiado por la Feria del Libro de Sevilla, ha desgranado “los demonios, brujas y curas” que protagonizan la sociedad peruana en la época barroca e inquisitoria presente en su libro.
“Las mujeres eran las culpables de cualquier problema que pudiera tener un hombre. El concepto de bruja nace para encontrar un responsable, ellas eran las culpables del sexo”,
ha explicado el escritor peruano. “Las mujeres que querían ser lesbianas, cantantes o cualquier otra persona que no fuera ser esposa, se metían en los conventos, repúblicas liberadas. Eso sí, solo para las mujeres blancas, las negras estaban discriminadas y solo podían acceder si cantaban bien”, ha proseguido Roncagliolo, para terminar reflexionando en clave metafórica, que “la sociedad limeña del virreinato era como una Semana Santa sevillana eterna”.