Hay Ferias del Libro grandes y pequeñas, se realizan en diferentes épocas del año, congregan a todos o a parte de los gremios de la cadena del libro, son de titularidad privada o pública, tienen más o menos programación cultural, pero algo las une: la voluntad de estimular la lectura y dinamizar la venta de libros en un entorno cambiante en el que la palabra escrita sigue siendo uno de los valores culturales más confiables.
Por eso, las y los responsables de 19 Ferias del Libro de todo el país, entre las que se encuentra Sevilla, además de Almería, Burgos, Castellón, Gijón, Huelva, León, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Palencia, Santander, Tenerife, Teruel, Torremolinos, Valencia, Valladolid y Zaragoza, han creado la Red Estatal de Ferias del Libro, un espacio no formal, abierto y diverso en el que trabajar y, en su caso, avanzar hacia nuevas alianzas que partan de la experiencia.
Según Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación Feria del Libro de Sevilla, “aunque existe una pluralidad de modelos de ferias del libro en todo el país, tenemos en común nuestro dinamismo y la relevancia para el sector del libro, de ahí que sea muy importante que comencemos a colaborar, compartiendo información y que lleguemos, incluso, a establecer alianzas estratégicas”.
Representación de la diversidad
Las que integran la Red representan la magnífica diversidad de modelos de ferias del libro de nuestro país, que son fundamentales para el fomento de la lectura, y la difusión y comercialización de los libros, y en las que, dependiendo del formato, interactúan librerías, editoriales, distribuidoras, instituciones públicas y agentes culturales plurales. Sin ellas, muchos actores del sector verían disminuidas sus opciones de supervivencia.
A pesar de sus diferencias, todas comparten objetivos, retos, tareas y necesidades; «prestan un servicio a las comunidades a las que pertenecen. Sin renunciar a su espíritu comercial, cada vez más son agitadoras culturales», tal y como reflejan en el texto en el que las ferias han expresado el sentido de esta nueva Red Estatal de Ferias del Libro.
Por todo ello, han decidido trabajar juntas en la seguridad de que, haciéndolo, podrán compartir información sobre la cadena del libro y sus protagonistas, pero también sobre esas otras responsabilidades que asumen: montaje, relación con las administraciones públicas, gestión cultural, etcétera. La idea es no solo conocerse mejor, sino «establecer acuerdos y explorar la posibilidad de colaborar puntualmente o crear alianzas estratégicas, así como intercambiar información sobre proveedores, programas de actividades, etcétera». La Red permitirá mejorar los manuales de buenas prácticas y mejorar la sostenibilidad de las Ferias en Red podrán avanzar hacia una interlocución con instituciones de carácter estatal.
Esta Red Estatal de Ferias del Libro nace como suma de voluntades y aspira a sumar más responsables de ferias a este tejido dinámico que tiene la vocación de constituirse en un «espacio de transparencia y profesionalidad, de tal forma que los diferentes actores de la cadena del libro y los tejidos profesionales y culturales con los que interactuamos dispongan de una herramienta útil para interlocuciones y planteamientos con las diferentes Administraciones Públicas, y para que todos nuestros interlocutores posibles tengan un punto de referencia».