Dimas Prychyslyy y Miguel Gane han sido los encargados de inaugurar la tarde con una distendida conversación con el periodista Manuel Pedraz en torno al idioma, la construcción de la identidad y la diversidad en la escena literaria en español
Los premios nacionales del Cómic, Ana Penyas y Borja González han denunciado la falta de industria editorial en torno a la ilustración y las viñetas en nuestro país
La FLS ha podido disfrutar en la tarde del 2 de noviembre (tras un parón en la mañana debido a la alerta amarilla que ha obligado a suspender la actividad de la feria), de una esplendorosa segunda jornada de Hispalit, en compañía de una destacada representación de novelistas, periodistas y escritores de novela gráfica de plena vigencia en la actualidad.
Miguel Gane (Leresti, Rumanía, 1993) y Dimas Prychyslyy (Elisavetgrado, 1992) tienen en común haber nacido en un espacio político en desintegración, Europa del Este, amén de ser hijos de la inmigración y haber desarrollado su carrera en lengua castellana. A través de las distintas miradas hacia su lengua materna (Prychyslyy no concibe escribir en ruso mientras Gane ha vuelto a mirar al rumano), los autores explicaron la relación que mantienen con su origen, el compromiso con el idioma de sus padres y la influencia del mismo en su producción literaria en español.
“Yo no me siento ni ucraniano ni extranjero. No forma parte de mi historia ni mi ideario más que por la anécdota de haber nacido allí”, ha explicado Prychyslyy. “No siento obligación de retratar mi origen, pero me gusta hacerlo y reconocer a través de mi trabajo el esfuerzo de los inmigrantes rumanos en España (…) Tengo como una especie de vuelta hacia atrás a esa patria literaria y lingüística y que ahora estoy traduciendo”, añadió Gane, en una charla moderada por el periodista Manuel Pedraz que ha abierto este jueves la segunda jornada de Hispalit, respaldada, al igual que el miércoles inaugural, por el público sevillano.
Manuel Jabois y Azahara Alonso: de la inmediatez al reposo
A continuación, el periodista Manuel Jabois y la escritora y filósofa Azahara Alonso han mantenido una charla sobre la situación del periodismo y la escritura hoy en día, poniendo el foco en la inmediatez que demandan los tiempos actuales y en la necesaria pausa que requiere la literatura.
Jabois ha reconocido que las herramientas y trucos que maneja son gracias a su tiempo en un periódico local donde tenía que rellenar 3 o 4 páginas diarias: “Cuanta más prisa hay más rápido se me ocurren las cosas. Una columna diaria la saco sin problema, pero con una a la semana lo paso fatal”, ha explicado el autor pontevedrés en conversación con la periodista Amalia Bulnes. Aunque el autor de Mirafiori (Alfaguara) reconoce “las ventajas de escribir en caliente”, también ha sido crítico con la precariedad que atraviesa el sector: “Interpretar las noticias que pasan en el mundo tiene su relevancia, no se puede escribir cuatro páginas dignas al día”, y ha recurrido a una cita del periodista Hernán Casciari. “Yo no quiero que me cuente el mundo gente que vive en casa de sus padres”.
En este sentido, Azahara Alonso ha destacado que “la escritura tiene algo de sagrado”, mientras que Jabois reivindica que “la vocación no se puede confundir con una afición”. Alonso ha reflexionado sobre cómo influye la estimulación constante en el ejercicio literario. “Uno de los grandes males no es trabajar mucho como estar siempre conectada”, ha explicado la filósofa asturiana. “Mi libro -en alusión a Gozo, su última obra- es un libro muy enfadado y político en un sentido aristotélico. Me interesa mucho el concepto tiempo libre y el tiempo ocupado, cuando en el fondo el tiempo libre no lo paramos de ocupar con cosas”. Además, Jabois (al que Bulnes ha presentado como un escritor sin whatsapp), ha reconocido que el tiempo libre le aburre, “no hago cosas bonitas”, ha bromeado el periodista, “me encanta ponerme en bucle capítulos de La que se avecina”.
Ana Penyas y Borja González: una oportunidad para el cómic
La ilustradora Ana Penyas y el historietista Borja González, dos premios nacionales del cómic, han sido los encargados de cerrar la segunda jornada de Hispalit en el encuentro De viñetas y otras narrativas visuales.
En su diálogo -presentado y moderado por el especialista Paco Cerrejón- han analizado la situación de la industria. Ambos creadores coinciden en que, a pesar de la diversificación del cómic español y del aumento de editoriales especializadas, esta no existe como tal ya que a nivel económico no puede denominarse industria. Este debate ha desembocado en la dicotomía sobre si su obra entra dentro del arte o de la industria e incluso si ambas descripciones pueden llegar a convivir.
En el coloquio han abordado temas como el origen de su vocación por la ilustración, en ambos autores presentes desde muy temprana edad, o la importancia de la presencia femenina en sus creaciones. En el caso de Borja González, aparentemente casual pero fruto de su comodidad tras los personajes femeninos, quien ha afirmado que se siente más libre escribiendo tras ellos, y para Ana Penyas con completa intencionalidad. La autora valenciana ha enfatizado en la necesidad de dar voz a personajes femeninos sin necesidad de que hayan tenido vidas épicas, tal y como retrata en su Estamos todas bien, inspirado en su abuela Maruja.