La memoria y los versos de la poeta sevillana, fallecida el pasado mes de julio a los 98 años de edad, planearon por los jardines de Murillo en una tarde lluviosa, en un poético paralelismo con su paisaje de residencia de los últimos años, que estableció en la localidad gallega de Ferrol.
No obstante, ha sido la vinculación con su ciudad natal lo que ha jalonado este homenaje organizado por la Fundación José Manuel Lara, en el que han participado sus editores, el también poeta y alumno de Julia Uceda, Jacobo Cortines(a la sazón director de la colección de poesía Vandalia en la que publicó sus últimos libros Uceda), el editor Ignacio F. Garmendia y la filóloga granadina Pepa Merlo, especializada en la poesía escrita por mujeres en la primera mitad del siglo XX.
Todos han coincidido en reivindicar el estado de gracia en el que falleció la longeva poeta. “Lo mejor que hizo en toda su carrera fueron sus tres últimos poemarios”, ha destacado Garmendia, que ha puesto en valor el Premio Nacional de Poesía recibido en 2002 por su libro En el viento, hacia el mar, un empeño de la Fundación José Manuel Lara que la volvió a conectar con su ciudad natal y con el que empezó esa etapa de crecimiento literario que continuó hasta su fallecimiento.
Igualmente, Pepa Merlo ha querido circunscribir la figura de Julia Uceda en la generación heredera de todas las voces poéticas femeninas surgidas durante la Generación del 27, como una poeta libre y singular, apartada extrañamente de la nómina oficial de grandes poetas locales y nacionales. Una autora adscrita por generación a la poesía social de los 50, pero a la que siempre miró con distancia, desde la ribera por la que fluyen la corriente “y las modas”, como ella misma reconocía.