La FLS e Hispalit siguen apostando fuerte por el relato literario latinoamericano con la presencia de autores como los argentinos Fernanda García Lao y Daría Adanti, que desde la narrativa y el cómic compartieron diversas reflexiones valiosísimas desde la carpa de San Francisco, o la poeta y novelista mexicana Paloma Ulacia Altolaguirre. También hubo tiempo para la literatura sevillana con Lara Moreno y para seguir redescubriendo a mujeres relevantes en la historia, como Concha Méndez, con una vida apasionante que merece la pena conocer, y la de su nieta Paloma Ulacia Altolaguirre, una mujer que ha publicado sus poemas de juventud a sus 65 años. Nunca es tarde para darle rienda suelta a nuestra vocación literaria.
Isaac Rosa y Fernanda: Cuando la literatura reconstruye relatos perdidos
Entre la idealidad y la realidad fue el diálogo que abordaron Isaac Rosa y Fernanda García Lao en el marco de Hispalit. «En literatura no hay nada más político que la forma, más allá del tema», explicó Isaac Rosa. «Las decisiones políticas en literatura tienen que ver con la voz y colocan al lector en otros lugares y tiempos, es una decisión que nos violenta los cuerpos». Fernanda García Lao también incidió en la necesidad de buscar «otras maneras de contar». «Lo que permite la literatura, a diferencia del periodismo, es la opción de acercarnos a la vida de una forma distinta», prosiguió Isaac Rosa, ganador del Premio Biblioteca Breve 2022 por Lugar Seguro (Seix Barral).
«En literatura no hay nada más político que la forma, más allá del tema».
«El relato de los cuerpos es algo que me interesa mucho. La obediencia de ser madre, de desear a quien tienes a tu lado. No hay que olvidar que somos finitos y que igual no estamos siendo quienes queremos ser. Hay que ser disidentes de nuestra propia vida», explicó Fernanda, autora de Sulfuro, una celebrada novela publicada por Candaya. “El presente siempre es invisible a la literatura, incluso el periodismo llega tarde, ahora llegan antes las redes sociales, pero no se arma ningún discurso. La literatura no es ningún consolador”, añadió la escritora argentina. «Hay novelas que ofrecen un relato cómodo. Hay necesidad de restitución narrativa», concluyó Rosa.
«Hay que ser disidentes de nuestra propia vida».
Escribir sobre la vida es escribir sobre la violencia que existe en ella
La escritora sevillana Lara Moreno presentó su libro ante un público predominado por mujeres pertenecientes a los diferentes clubes de lectura de la ciudad. «Lo mejor de todo lo que te ocurre después de publicar un libro es, sin duda, el encuentro con los clubes de lectura», inició Moreno, que insistió en que «no se puede decir que no a un club de lectura jamás». La autora de La ciudad (Lumen, 2022) expresó, preguntada por el proceso de escritura del libro, reconoció que «una escribe contra la vida, contra la familia, contra el trabajo, contra la rutina». Estos cuatro años que ha tardado la escritora en publicar su último libro le han servido, según cuenta, «para madurar y tratar los temas desde la frialdad».
«Una escribe contra la vida, contra la familia, contra el trabajo, contra la rutina».
La ciudad retrata la vida de las mujeres víctimas de la violencia estructural con independencia de su situación socioeconómica. «He escrito una novela sobre la vida, no sobre la violencia». Sobre el marco donde transcurre, Moreno ha explicado que «no se puede hablar de Madrid sin hablar de migración». Y que a pesar de tratar temas duros, ha intentado escribirlo “todo lo bonito que he podido”. Lara concluyó lanzando una idea sobre la esencia de la literatura: «Si para algo existe la literatura es para generar empatía», ya que «está despojada de todo discurso, connotación política y adoctrinadora».
Seguidamente, los representantes de los diferentes clubes de lectura de la ciudad compartieron sus experiencias en los últimos años. «Son espacios necesarios para el encuentro, para poder conocernos mejor en esta tiranía de la virtualidad y que la lectura de cada libro resulte más fértil», afirmó uno de los ponentes. Por su parte, otra de las intervinientes destacó el carácter heterogéneo de sus asistentes: «Vienen todo tipo de personas, con estudios y sin ellos, y lo que se crea es muy importante».
Concha Méndez, la presencia negada
Novia de Luis Buñuel, amiga de Maruja Mallo y Salvador Dalí, discípula de Alberti y Lorca y esposa en los años treinta de Manuel Altolaguirre. La nómina de su círculo cercano fue lo que durante muchos años definió a Concha Méndez (Madrid, 1898), dejando atrás su figura de escritora, editora e impresora de revistas como Héroe, 1616 y Caballo Verde para la poesía: «No recuerdo que nadie fuera a preguntarme por ella, no la tomaron en serio». Las palabras de Paloma Ulacia Altolaguirre, poeta y nieta de Méndez, describen perfectamente el olvido al que ha estado confinada durante décadas la que fuera uno de los grandes nombres de la Generación del 27. «Yo nunca fui feminista hasta hace poco. Veo que en las reuniones sociales un hombre puede pasarse dos horas hablando de lo que le dé la gana y una mujer solo para decir algo chistoso», remarcó su nieta durante el encuentro «Descubriendo a Concha Méndez», organizado por la editorial Renacimiento con la participación de la propia Ulacia, James Valender y Alicia Almárcegui. El investigador del Colegio de México recordó que fue traductora de Flaubert, de Sthendal o Proust y fundó un premio para la traducción del francés. «Otra mujer que está por descubrir», concluyó.
«Veo que en las reuniones sociales un hombre puede pasarse dos horas hablando de lo que le dé la gana y una mujer solo para decir algo chistoso».
Los tres realizaron un recorrido por la vida de la autora: se enroló en un barco en su juventud, viajó por Inglaterra, Argentina -«donde fue muy feliz», según su nieta-, vivió exiliada en La Habana (Cuba) y en México, ya casada con Manuel Altolaguirre, al que conoció a su regreso a Madrid en 1931. De su viaje de emancipación y de su labor creativa dejó huella en Memorias habladas, memorias armadas (Renacimiento), un libro que dictó a su nieta que permite conocer en profundidad el trasfondo de una mujer pionera y vanguardista que con su teatro y su poesía creó un mundo propio.
Paloma Ulacia o la libertad para escribir
Paloma Ulacia Altolaguirre, poeta y novelista mexicana, proveniente de una familia de poetas y escritores, ha publicado sus poemas de juventud a sus 65 años. Nieta de Concha Méndez y Manuel Altolaguirre, desde niña se concibió como poeta gracias a su abuela Concha. «Apenas aprendí a hablar ya me dijo los nombres de las plantas del jardín. Y hasta mis 30 años, mi lucha era escribir poemas», comenzó Paloma, que reconoció haber crecido con el canto de sus padres y que siempre tuvo dentro «un yo literario, aunque no sé qué diría un psiquiatra», bromeó.
«Me pone muy nerviosa eso de ver quién luce más. Y me siento mucho más libre al poner el trabajo antes que la fama».
El motivo por el que no ha publicado hasta ahora sus libros es claro: «Tuve que hacer una vida». «Nunca fomenté las relaciones literarias porque es un mundo que lo noto complicado. Ahora ya viví, de joven no tuve el tiempo». En este sentido, dijo, «soy un poco puritana para vivir y tener tertulias literarias. Me pone muy nerviosa eso de ver quién luce más. Y me siento mucho más libre al poner el trabajo antes que la fama». Paloma afirmó solo buscar «tiempo para escribir».
Revistas culturales desde el sur
El auge de las revistas culturales en Sevilla fue debatido en el marco de la FLS con Maite Aragón, de Mercurio; Carlos Cabrera, de Nazareno; Antonio López, de Big Sur y Ángel Fernández, de Jot Down. Esta conversación sirvió para poner en común las sinergias culturales de las revistas del sur, todas ellas construidas sobre proyectos multidisciplinares. Ángel de Jot Down reconoció que al principio montaron su sede en Barcelona para intentar hacerse un hueco, pero con el tiempo han podido establecerse en Sevilla sin complejos y fortalecer su motor creativo desde aquí, aunque con red en todo el país. Entre otros temas, se habló del establishment de autores que escriben en todas las revistas, aunque también de las peticiones de grandes firmas que llaman a la puerta interesadas en publicar.
«Hay mucho emprendimiento pero no hay grandes mecenas ni apoyo institucional»
«Sevilla tiene una larga tradición de revistas culturales y no hay que perder de vista la tradición histórica y literaria de la ciudad», añadió. Por su parte, la revista Nazareno viene a ofrecer «una nueva literatura cofrade de gente que está buscando un nuevo idioma para para hablar de Semana Santa y cofradías», explicó Carlos Cabrera.
Cultura del cómic, resistencia de historietas
Laura Pérez y Darío Adanti conversaron sobre el universo del cómic. Desentrañaron el oficio de ilustrador y creador de historietas, así como la dificultad que se encuentran para vivir únicamente de los cómics. No obstante, Laura aportó una mirada positiva: «No tiene nada que ver la perspectiva que tiene ahora el cómic comparada con la de hace 15 años», debido a la ampliación de temáticas, formatos y tratamiento. Adanti recordó que antes solo había tres líneas: «Superhéroes, costumbrismo tipo El Jueves y el Víbora para el público más underground.
«No tiene nada que ver la perspectiva que tiene ahora el cómic comparada con la de hace 15 años»
Durante la charla se expuso que gran parte de lo que se publica en España es material extranjero. «Somos referentes en el mercado internacional con dibujantes en la gran industria de cómic», apreció el presentador Paco Cerrejón, que puso a Marvel como ejemplo. Todo esto, a pesar de que España ha tenido «un gran folclore alrededor del cómic incluso durante el Franquismo», concluyó