26 de octubre al 5 de noviembre de 2023

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Crónica día 7: cuando Harry Potter llegó a Sevilla y las mujeres dieron un paso al frente en el periodismo

Publicación: Nov 4, 2022

Periodismo, historia y literatura fueron las tres líneas tratadas en el segundo día del festival Hispalit, enmarcado dentro de la Feria del Libro. Durante la tarde contamos con la presencia de Lorenzo Silva y Elvira Roca hablando sobre novela histórica, la relación entre el oficio de escribir en un periódico o en un libro, y el humor del escritor francés David Foenkinos que presentó su última obra.

La zona de casetas acogió a una gran afluencia de público entre firmas, presentaciones y actividades desarrolladas en los diferentes espacios de la feria, entre los que destaca el Espacio ÉRASE, dedicado específicamente a la lectura en familia con los más pequeños y que durante el fin de semana contará con diversos cuentacuentos.

Historia vs ficción

La segunda jornada de Hispalit entró de lleno en El debate de la historia, con los escritores Lorenzo Silva y Elvira Roca como protagonistas. La conversación, moderada por el escritor Antonio Rivero Taravillo, comenzó aludiendo a la literatura artúrica. «Estaban interesados en dotar a su monarquía de un pasado lejano y prestigioso», según Roca, que citó como ejemplos de desvirtuación de la historia El nombre de la rosa, de Umberto Eco; Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar; Don Carlos, de Schiller; o Ricardo III, de Shakespeare, «¿Hasta qué punto hay que tomarse en serio esto de la literatura en cuanto a la historia se refiere?», cuestionó a su compañero, quien consideró que «la literatura es un registro subjetivo del pasado y también ha cumplido funciones de atestiguar, de levantar acta», que «se pueden cumplir de manera honesta o deshonesta. Ante todo es un espacio abierto a la libertad de creación y la libertad del creador».

«Lo que habría que plantearse es si es legítimo proponerle al lector sin advertencias mezclas de hechos contrastados y fantasías que lleven a la confusión», según el autor. Silva reivindicó su papel como escritor riguroso de novela histórica: «Cuando me he acercado a hechos o personajes históricos he creído que era mi obligación no ficcionar, no inventar», dijo aludiendo a la batalla de Berlín de la II Guerra Mundial o el personaje de Franco en una de sus novelas. «Todo está documentado -defendió-. La literatura puede ser igualmente fuente de despiste y fuente de conocimiento».
Silva contó que está releyendo con su hija Los tres mosqueteros, de Dumas: «No es una fuente fidedigna de ninguno de esos personajes, pero a estas alturas es la lectura que a más lectores ha llegado sobre esos personajes históricos. Es una ficción que manipula declaradamente la historia para construir una ficción más emocionante». Para él, la literatura debe servir para «llamar la atención» sobre determinados hechos y cada lector debe después usar su curiosidad para conocer en profundidad una realidad más veraz.

«De la nostalgia de Homero hemos vivido siempre»

Roca recordó que históricamente fue complicado «separar los géneros», separar la historia real de la literatura, situando en la antigua Grecia el momento en que comienza a producirse. «De la nostalgia de Homero hemos vivido siempre», bromeó. Respecto a las confusiones aludidas, opinó que «a la novela histórica no le vendría mal un encaje con una ética, que impida determinados desaguisados tan tremendos como Ricardo III, maldito por los siglos de los siglos. A Shakespeare el personaje ya le llega maldito, se ha alimentado de una tradición histórica» porque «los Tudor lo convirtieron en un personaje maldito».
«Hasta el siglo XX no se supo que Ricardo III era imposible que hubiese matado a los niños, traicionado a su hermano… porque no estaba en los sitios en los que pasaban las cosas», detalló. Silva replicó que gracias a «esa mercancía histórica averiada» el autor inglés, permitió conocer mejor al personaje. «A lo mejor sin ese drama no habría habido tanto interés en ver quién era realmente Ricardo III». También se preguntó «en qué medida la literatura puede contribuir a acercar un conocimiento histórico, del que no será portadora ni vanguardia, pero que puede ser una servidora razonablemente decente. Creo que si uno es honesto con el lector, le aclara qué es lo que está utilizando, sabe deslindar y permite apreciar dónde hay invención, la literatura puede poner al lector en la senda de ese conocimiento histórico». «Yo siempre remito a los lectores de mis ficciones a mis fuentes», explicó.

El escritor recordó la frase de Walter Benjamin, quien mantenía que «sin aspirar a suplantar ese conocimiento científico, el arte también es una herramienta para acercarse a la verdad, no a la verdad documental, pero sí a la verdad de los motores de las acciones humanas», citando los episodios de Galdós. Roca recurrió a La Regenta, de Clarín, para ilustrar cómo puede contarse de manera fidedigna y destacó de la investigación que «si te acercas al detalle de determinadas vidas, prácticas o documentos ni loco se imagina uno esas cosas. La historia supera a la ficción».

Periodismo y literatura: ¿son compatibles?

Tres grandes periodistas se dieron cita en el segundo pase de Hispalit. Nuria Labari, Antonio Lucas y Braulio Ortiz como presentador de un encuentro que abordaba la relación entre periodismo y literatura. Lucas comenzó afirmando que «la literatura no está ni debe estar peleada con el periodismo ni tampoco un espacio incómodo para leer en el periódico», haciendo también alusión a la tradición de «periodismo ibérico» en España. En este sentido, añadió que «la literatura en el periódico, más allá del rigor informativo, es el complemento necesario para que sea una plaza pública». Para el periodista de El Mundo, es la única forma de que «los periodistas jóvenes ejerzan este oficio con voluntad de estilo».

Braulio preguntó a ambos periodistas por sus referentes, a lo que Nuria respondió jocosa que «nadie dice la verdad cuando hablan de referentes». Y en un acto de sinceridad, reconoció que en su casa no había libros ni se compraban periódicos. «Me gustaría tener referentes más mixtos, pero realmente fueron Juanjo Millás, Truman Capote y Antonio Lucas», comentó Nuria, sin olvidar la impresión que le causó la persona de Paco Umbral la primera vez que lo vio. «Por aquel entonces, cuando lo vi por primera vez, las mujeres todavía no teníamos ese halo», espetó. Lucas, por su parte, además de las Maruja Torres y Rosa Montero o los Ramón Gómez de la Serna, Miquel Arena, Chaves Nogales. Josep Plau, entre otros, entiende un periódico como «un hermosísimo terrario» y «lo mejor que tiene el periodismo son los periodistas, lleno de grandes referentes que son tus propios compañeros».

«Lo mejor que tiene el periodismo son los periodistas, lleno de grandes referentes que son tus propios compañeros»

Nuria enseñó otros ángulos desde donde mirar las historias y el tratamiento periodístico. «El prestigio es algo muy importante para los hombres», apuntó, mientras destacó el trabajo de las mujeres dentro del oficio, poniendo como ejemplo a Svetlana Aleksándrovna. En este sentido, Lucas reconoció que «para mí es un gozo abrir un periódico como El País y leer a Nuria y a otras compañeras. Es un tiempo que para mi generación, redescubrirse como parte de un clan que no siempre fue lo divertido que creíamos que era», en referencia al machismo y predominancia de hombres en el mundo periodístico.

David Foenkinos, la historia de los fracasados contada desde el humor

El escritor francés David Foenkinos (París, 1974) hizo derroche de su ácido sentido del humor en el diálogo Otras lenguas, mismas letras. El autor estuvo en Hispalit para conversar sobre el poder transfronterizo de la literatura y presentar su última obra, Número dos (Alfaguara), una novela sobre el éxito y el fracaso que ficciona la historia del chico rechazado para interpretar a Harry Potter. Ante el público se definió «como una persona mística que cree en las señales», aunque también reveló, entre risas, que venir «alimentado de croquetas» no le ayudaban a seguir la conversación en un tono demasiado intelectual.

«Desde que escribí el libro mucha gente ha compartido conmigo sus fracasos, es la historia de los fracasados anónimos»

El humor es una herramienta imprescindible en la literatura de Foenkinos: «El personaje se refugia en el Louvre y cuando está al lado de La Gioconda, el «Harry Potter de arte», se acaba fijando en el segundo cuadro, el que está junto a La Gioconda». En este sentido, el autor aconsejó no dejarse eclipsar por aquellos hitos, piezas o personajes que ocupan siempre pleno protagonismo en los discursos. Entre risas, aseguró que la próxima vez que el público fuera al Louvre, se fijaría en el cuadro que está al lado del retrato más famoso de la historia del arte.

Crónica escrita por Marta Maldonado, Valeria Reyes y Carmen Marchena para la FLS22
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