La autora de ‘La mala costumbre’ ha conversado esta tarde con Rosario Villajos (‘La educación física’) en Hispalit en torno a ‘La escritura del cuerpo: identidad, reflejos y la construcción del yo’
Miguel Ángel Oeste y Laura Ferrero han charlado sobre sus novelas ‘Vengo de ese miedo’ y ‘Los astronautas’, con el denominador común de la familia como hábitat literario
El escritor cordobés presenta, en compañía de Alfonso Guerra, ‘El querido hermano’, una ficción en torno al viaje de Manuel Machado a Collioure para despedir al poeta muerto en el exilio
Alana S. Portero (Madrid, 1978) y Rosario Villajos (Madrid, 1978) han sido las encargadas de inaugurar la tarde del viernes en Hispalit con una distendida conversación -moderada por la periodista Valeria Reyes– sobre la construcción de la identidad a través de los cuerpos en el tiempo actual. Ambas autoras han publicado recientemente novelas sobre la experiencia de lo físico y lo literario como vehículo para el autoconocimiento, obras que les han valido la aclamación de la crítica.
“El cuerpo es un mapa de literatura inagotable, siente constantemente y, por tanto, la narración de lo que le sucede es un relato infinito. De esta forma, las vivencias corporales determinan irremediablemente mis escritos”, ha revelado Alana S. Portero, autora de La mala costumbre, un ejemplar que retrata la infancia y la juventud trans en un barrio obrero de Madrid. “A los niños les formamos en base a lo que les decimos. Sus cuerpos adquieren mediante las vivencias el conocimiento al instante, pero no tienen las mismas defensas que un adulto. Debemos tener cuidado. No es una cuestión de ocultarles nada, sino de saber que están ahí y prestan atención a nuestras palabras”, ha señalado.
Por su parte, Rosario Villajos ha explicado durante la conversación la complejidad de los problemas que afronta su protagonista para reconciliarse con su propio cuerpo: “Llegado cierto punto de la adolescencia, sus padres parecen no saber qué le sucede. Si ellos mismos son desconocedores de sus cuerpos, ¿cómo iban a explicarle a ella el suyo?”. La autora ha obtenido el Premio Biblioteca Breve 2023 por La educación física, un retrato sobre una adolescente en busca de su identidad a través del cuerpo.
Laura Ferrero y Miguel Ángel Oeste
Laura Ferrero y Miguel Ángel Oeste han analizado, en la tercera jornada de Hispalit, el papel de la familia en sus últimas novelas. Tanto el autor de Vengo de ese miedo (Tusquets), relato en torno a las secuelas que deja el maltrato en un hijo, como Ferrero, quien en Los astronautas (Alfaguara) realiza una exploración de los traumas del vacío familiar, han coincidido en que ambas obras no nacen de la rabia o del rencor sino de la necesidad de la escritura como catalizador para comprender.
La familia, prácticamente un género literario en sí mismo, ha sido abordada en ambos casos como una manera de exorcismo ya que, como han indicado en su encuentro, el propio hecho de escribir sobre ella indica que es necesario hurgar y tratar de encontrar respuestas al mimetismo y a las preguntas nunca contestadas. De este hecho surge, asimismo, el uso de la ficción como escudo para tapar dichas ausencias y la creación de personajes que son usados para crear verosimilitud.
Los hermanos Machado en Plaza Nueva
Una sentida glosa de Alfonso Guerra, apasionado analista de la obra y el compromiso político de los hermanos Machado, ha precedido de la presentación de El querido hermano, del escritor cordobés Joaquín Pérez Azaústre. Lo nuevo del autor y columnista es un relato ficcionado del viaje de Manuel a Collioure para despedirse de su hermano Antonio, muerto y enterrado en el exilio.
Pérez Azaústre imagina el viaje en coche del poeta y su mujer desde Burgos a Francia tras el levantamiento militar. A través del personaje de Raúl conductor, el tránsito se convierte en un relato de aquella España en convulsión y de la deriva política de los hermanos, “imaginando sus vivencias en su cotidianeidad”, ha explicado. Un trabajo al que antecede una importante labor de investigación porque, en palabras del autor “la documentación ha de ser poderosa para que se pueda llegar con soltura a la fabulación, al pacto de verosimilitud.»
Sobre el posicionamiento vital de los hermanos, el autor ha precisado: “En contra de lo que pueda creerse, ambos estaban de acuerdo en muchas cosas, pero una diferencia significativa: Antonio cree en la fraternidad, lo colectivo, el pueblo, mientras Manuel cree sobre todo en el individuo. Y esto tiene más que ver con una ética personal que con un planteamiento ideológico.”